De nuevo se afronta la reforma de un ático en dos alturas que representa una nueva versión de la anteriormente realizada B1.
En relación al proyecto mencionado nos encontramos ante una superficie ligeramente mayor, aunque en contra tenemos una distribución más restrictiva, donde la zona más sacrificada son la entrada y la cocina, aparte de los elementos estructurales y de instalaciones que atraviesan el apartamento de abajo a arriba en puntos desfavorables y que estamos obligados a respetar.
He aquí la razón por la que se empieza a pensar el proyecto a partir de este punto crítico. En el estado previo aparece un muro opaco justo enfrente del ingreso, dejando el espacio destinado a cocina en un pasillo estrecho en forma de “L” cuyo único ingreso se situaba en el incómodo extremo del lado largo. La solución adoptada pretende todo lo contrario, es decir, se tapa ese extremo del lado largo a media altura, dejando la parte superior en contacto con el resto del salón, y se posicione en ese hueco la placa con la campana extractora. El muro que cegaba la cocina desde la entrada se recorta a la mitad y se incorpora una mesa longitudinal abatible, dejando el hueco de paso a la cocina justo enfrente de la entrada, fusionando espacialmente estos dos espacios. Por último se cierra el lado corto de la “L” con una puerta corredera y se destina a despensa y lavadora.
A partir de aquí, empezaría la zona de salón y despacho en doble altura, lo que engloba los usos públicos del apartamento. Los más privados se desarrollan en la otra parte del muro divisorio, donde a través de un pasillo central rematado en un pequeño balcón se distribuyen dos dormitorios y un baño en la planta baja, y otro dormitorio con aseo y vestidor en la planta superior.
También aquí se aprovecha el volumen vertical para ampliar la sensación de amplitud a estancias como cocina, salón y dormitorios y esconder a su vez tiras de iluminación indirecta que aporten confort a la vivienda.
La escalera sigue siendo un elemento protagonista, y aunque el arranque de la misma recuerde al de la escalera Zig-Zag de la vivienda B1, su configuración varía, ya que en este caso contamos con un poco más de espacio en el salón, lo que nos permite prolongarla hasta la pared perpendicular y enlazarla a través del descansillo, donde la madera usada hasta ese momento pasa a los peldaños, elaborando el resto de la estructura portante en acero, al igual que el pasamos iluminado empotrado en la pared.
EL color principal sigue siendo el blanco, que se combina en algunos puntos con el gris claro, la madera y el vidrio que ya caracterizaban el proyecto anterior.