+ Recuperación de conjunto tradicional en abandono para uso residencial +
Los principios de actuación se van confeccionando a la vez que se lleva a cabo un riguroso estudio de preexistencias y se coteja con las necesidades de uso actuales. Por ello, la postura adoptada no radica ni en imitar ni en contrarrestar el pasado, sino combinar todas las variables (emplazamiento, paisaje, materiales, historia, elementos singulares, uso…) e intentar resolver el rompecabezas como si de una ecuación matemática se tratara, pero en este caso con la aparición de condicionantes sociales, estéticos y compositivos, que enriquecen el resultado final, pero que alejan la posibilidad de un único resultado válido o perfecto.
Es en esta nebulosa subjetiva donde radica tanto la complejidad como la belleza de este tipo de intervenciones patrimoniales.
El objetivo es detectar los elementos significativos para proceder a su recuperación y puesta en valor, siendo el gran reto, el de intentar preservar la atmósfera. Y esto está íntimamente ligado con el espacio, pero no solo eso. También con la luz, los colores, los olores, las texturas, los materiales… en definitiva, todo lo que se pueda apreciar a través de los sentidos.
Durante el desarrollo de todo este proceso nos hemos dado cuenta de que el método arquitectónico llevado a cabo presenta muchos paralelismos con el método clínico, y es que, desde nuestro punto de vista, la medicina y la arquitectura son dos disciplinas con más puntos en común de lo que a priori se pudiera pensar. Si nos centramos en el campo de la rehabilitación, esas similitudes se agudizan todavía más, solo hay que comparar las fases de dichos procesos:
Método Clínico:
Antecedentes / Pruebas / Diagnóstico / Intervención / Tratamiento
Método Arquitectónico:
Estado Previo / Toma de datos / Proyecto / Ejecución / Mantenimiento